martes, 16 de diciembre de 2008

Seguimos haciendo camino


'La arena de los ciclos es la misma
e infinita es la historia de la arena;
así, bajo tus dichas o tu pena,
la invulnerable eternidad se abisma.
No se detiene nunca la caída.
Yo me desangro, no el cristal. El rito
de decantar la arena es infinito
y con la arena se nos va la vida'.
[Jorge Luis Borges]


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Despidiendo el Año
No creo en el pesimismo, aunque sí en el realismo. Por ello, estos versos de Borges me parecen adecuados, como ese entrante, ligero y volátil, que antecede siempre a una buena comida. El año está tocando a su fin, y es tiempo de hacer balance; tiempo de reflexionar y de poner sobre el tapete todo lo bueno y todo lo malo que nos ha brindado.
Para ser honesto, no puedo decir que el año 2008 se haya portado mal conmigo. Es cierto que me ha deparado algunas sorpresas desagradables y quizás no me haya dado todo cuanto deseaba. Pero ya lo dice el refrán: ante el vicio de pedir, está la virtud de no dar. El Camino, en mi caso, ha sido gratificante. Bien es cierto que he estado a punto de dejarme la piel en dos ocasiones y que el coche, ese viejo pero necesario compañero, me ha dejado sentado en la cuneta en una ocasión y fuera de juego un par de ocasiones más. Y no obstante, gracias a él, ¡qué momentos más gratos!. ¡Qué experiencias más gratificantes!.
Vuelvo a decirlo, ha sido un buen año. Soria, y más allá de sus fronteras Guadalajara, Segovia, Cuenca, Aragón, Asturias y Cantabria me han deparado momentos insuperables, muchos de los cuales he intentado exponer -no sé si con acierto- a lo largo del tiempo, tanto en éste como en los otros blogs. Momentos que conllevan experiencia, reflexiones y conocimiento; y que gracias a ellos, he podido conocer a multitud de personas a las que puedo llamar, con orgullo, Amigos.
Aunque es un deseo general para todo el mundo, es precisamente a vosotros, queridos Amigos, a quienes va dirigida la presente felicitación navideña y mis mejores deseos de que el año en puertas os depare toda la dicha y toda la felicidad que os merecéis.
Pero me quedaría un ácido sabor en la boca si no hiciera mención a dos personas muy especiales, cuya ayuda y cuya sabiduría nunca podré agradecer bastante.
Por supuesto, me refiero a Óscar, que este verano cruzó los Pirineos buscando un futuro mejor, y también a Juan Koborrón, el bueno de JK, que se encuentra en vísperas de hacerlo, buscando ese futuro mejor bajo los cielos de África.
A vosotros, Amigos, mi más profundo respeto y mis más sinceros deseos de Prosperidad y Felicidad.
Desde las páginas de Soria se hace camino al andar, os deseo a todos una muy Feliz Navidad y un Próspero y Venturoso Año Nuevo 2009.