Misterios de Barahona: los Pozos Airones


Según he podido averigüar, el término relativo a los 'pozos airones', proviene de una oscura divinidad infernal -Airon- cuyo culto, antiquísimo al parecer, se extendía desde el sur de Francia hasta prácticamente toda la Península Ibérica. Estaba relacionado con unas no menos oscuras prácticas de adoración a las aguas y a las profundidades, y aunque era anterior a la conquista romana, también recibió culto por parte de éstos, como demuestran algunas estelas encontradas en varios yacimientos arqueológicos repartidos por diferentes regiones.
Numerosos son, pues, los lugares de nuestra geografía en los que encontramos estos enigmáticos y a la vez peligrosos pozos -foco de gran número de leyendas, por otra parte-, aunque, en lo que a Soria respecta, los más conocidos sean, posiblemente, los de Barahona y Gormaz.
Curiosamente, y en contra de lo que podría pensarse a priori, no se localizan única y exclusivamente en el exterior, en medio del campo -como es el caso de los pozos airones de Barahona, así localizados y cercanos a un campo de deportes- sino que también se pueden encontrar en iglesias, como por ejemplo el pozo airón que existe en la iglesia de la Sey, sita en la localidad conquense de Valeria, cuyo acceso se encuentra tapiado en la actualidad.
Durante mi última visita a Barahona, tuve la oportunidad de platicar unos minutos con un simpático octogenario -Don José Sanz- que encontrándome en la parada del autobús 'estudiando' un plano de los lugares de interés localizados en la ciudad y cercanías, me abordó con gentileza, supongo que preocupado porque me marchara de allí ' sin ver lo que había que ver'.
Después de preguntarme si había visto esto o aquéllo, y de indicarme cómo ir hasta el lugar donde se encuentra la famosa Piedra de las Brujas o Piedra del Aquelarre -hay que estar muy atentos para divisarla desde la carretera- Don José, sin duda encantado de poder charlar un rato, me comentó, refiriéndose a los pozos, que no se sabía qué fuerzas actuaban en ellos ni tampoco a dónde llegaban; pero que hace algunos años, los vecinos realizaron un experimento: echaron algunos trapos en su interior y estos aparecieron en diversos pueblos de Guadalajara. También me comentó el caso del famoso 'agujero' aparecido en un campo de labranza en 1998, y de la suerte que tuvo el vecino del pueblo, propietario del terreno, que había estado trabajando hasta bien entrada la tarde del día anterior a su aparición.
- Imagínate, podía habérselo tragado con el tractor y todo.
En fin, he aquí, sin duda, todo un enigma de índole geológico que, aunque conocido desde la más remota Antigüedad, su misterio se encuentra, todavía, lejos de ser desvelado.


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