domingo, 4 de mayo de 2008

Afluencia masiva de visitantes en San Bartolomé


El viernes, durante mis peripecias por la provincia, sentía unas ganas enormes de evadirme en naturaleza y no se me ocurrió mejor sitio para hacerlo, que el Cañón del Río Lobos y su entorno. En realidad, no pensaba para nada en el románico de San Bartolomé; ni en los templarios; ni en las curiosas singularidades y misterios esotéricos ligados a una y a otros. Debí suponer que, presentándose un tiempo excepcional, la afluencia de visitantes sería masiva, como de hecho así ocurrió. Lo que no podía suponer, es que la ermita de San Bartolomé estuviera abierta. Y claro, al encontrármela de tal guisa, no pude resistirme a su hechizo y entré.
Al parecer, y según pude leer en un cartelito, se procede a su apertura los sábados, domingos y días de fiesta, durante los meses de abril a junio. ¿Se abrirá en verano, como el año pasado?. Lo ignoro. Parece ser que, según me comentaron unos entrañables vecinos de San Leonardo de Yagüe -de los que hablaré más adelante- el pueblo de Ucero y el Obispado están de pleitos con el tema. Vaya pues, este aviso, a todos aquellos que sientan deseos de visitar un lugar tan interesante y emblemático, ahora que a tiempo están.

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